El caso es que esta vez nos lo montamos más a la antigua y más a lo aventurero y decidimos ir allí la tarde del viernes para dormir y escalar por la mañana temprano, intentando evitar con ello las romerías que se montan en la vía en cuestión. La vía elegida fue el Espolón Manolín para resarcirnos de la vez anterior. Es una vía de Vº grado, a lo sumo V+ dependiendo de la variable que se escoja para salvar el muro y de lo habituados que estemos a la adherencia para salvar un pasito en el tercer largo.
El caso es que llegamos allí sobre las 19.30-20.00 y nos pusimos a subir el empinado caminito de todos conocidos, y que todos conocereis si no habeis ido nunca y pensais ir.
-Oye, vamos a meternos en la Ezequiel que es facilona y así hacemos algo.
La primera idea era la de hacer un par de largos y bajar a cenar, pero tal y como fuimos pertrechados, frontales incluidos, decidimos en la tercera reunión tirar y salir por arriba.
-Bueno, viendo que no te atreves ya lo hago yo anda.
...evidentemente con el orgullo herido no se duerme bien, asi que lo que pasó es que Álvaro pidió le material y tiró pa'riba...
David se encargo del último largo avisándonos de que había una especie de serpiente de "dos falanges de largo" bajando la piedra mordiendo la roca y tanteando con la cola dónde dar el siguiente mordisco...no hay foto, pero hubiese estado increible...
Por fin tras 5-10min. Álvaro y yo estábamos subiendo a la última reu. Cuando estabamos todos listos y con las cuerdas recogidas tiramos en la trepadita para encontrarnos con la mole de hormigón que nos indicaba que habíamos conseguido nuestro objetivo.
Con la satisfacción en la cabeza, y un ligero dolor de pies, empezamos a descender por el callejón hacia las mochilas para reponer fuerzas con una buena cena: (de primero unos fideos chinos)
A la mañana siguiente nos depertamos con ese sonido tan placentero: el ruido del cacharreo que a todos nos gusta. Fui yo el primero sentarme en la piedra donde dormimos y en empezar a dar la barrila a los demás...todos estábamos igual: medio despiertos y medio dormidos, es decir, igual que habíamos pasado la noche.
A las 09.00 de la mañana cuando alguno segía dentro del saco vimos que alguien subia, alguien que podía ser el hombre al que esperábamos...esperamos a que parase del todo...se quitó la mochila...sacó algo de ella...y de repente el movil de Álvaro sonó. No había duda, era Jacobo (o Jatuma como se hace llamar en los lagartijos) que el día anterior nos dijo que se acercaba y escalaba con nosotros. Entre el desayuno y demás David y yo estábamos al pie de la via elegida a las 09.45 o así. Fue mala suerte que justo antes de empezar nosotros hubo empezado otra cordada y nos tocaba ir por detrás. Esto hizo que en lugar de empalmar los dos primeros largos para ganar algo de tiempo, decidiésemos hacer reunión y hacer los largos como vienen en el croquis para no liar más las cosas. Luego resultó que uno de los chicos de la cordada de delante se hizo una raja en el dedo y no podía seguir trepando, así que tuvieron que abandonar la vía.
Con ello nos quedaba la vía, a partir del 4º largo, solita para nosotros. Estupendo. Había llegado el punto donde la vez anterior me bloqueé. El Muro. Esta vez no iba a pasar. Y no pasó. Tras un rato escalando un largo fácil y bonito me vi montando reunión e izando a mi compi.
Ya sólo quedaban dos largos para salir por arriba. A todo esto, Álvaro y Jatuma estaban haciendo una via graduada como 6a+ (creo) con unas fisuras superchulas. La vía discurría más o menos a nuestro lado y de vez en cuando nos saludábamos y nos veíamos.
Conclusión: la salida fue de las mejores que he hecho hasta el momento teniendo de todo. No dudaría repetirla, pero eso sí, al menos con los mismos compañeros.
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